En el corazón político de Isla Mujeres, Quintana Roo, una figura controvertida emerge en el escenario electoral: Atenea Gómez Ricalde, hija de la prominente política Alicia Ricalde Magaña. Representando la herencia política del PAN, Atenea ahora enfrenta acusaciones serias que cuestionan su integridad como Presidenta Municipal.
La trayectoria política de Atenea se cruza con nombres influyentes como el exgobernador Carlos Joaquín González y el expresidente Felipe Calderón, mostrando un linaje político sólido. Pero la controversia surge con su alineación repentina con MORENA, y la aprobación de Johana Acosta, Presidenta Estatal de Morena, lo que levanta interrogantes sobre la legitimidad de esta alianza. ¿Es una maniobra para eludir las consecuencias de las auditorías pendientes?
El foco de la controversia se centra en dos auditorías significativas: una en la Cuenta Pública 2021, que sugiere desvíos de más de 100 millones de pesos, y otra en la Cuenta Pública 2022, relacionada con el mal manejo de fondos para infraestructura social municipal. Estos señalamientos de peculado ponen en duda no solo la gestión de Atenea, sino también su compromiso ético con el bienestar de Isla Mujeres.
Más allá de los aspectos políticos, estas acusaciones implican profundas cuestiones éticas, especialmente en contraste con el lema de MORENA: “No mentir, no robar y no traicionar”. La situación de Atenea Gómez desafía la promesa de transparencia y honestidad que ha defendido MORENA, planteando dudas sobre su compromiso con la lucha contra la corrupción.
En este contexto, la comunidad de Isla Mujeres y el panorama político mexicano en general se enfrentan a una encrucijada crítica. ¿Podrá Atenea Gómez Ricalde disipar las sombras de duda que la rodean? ¿Y cómo manejará MORENA las repercusiones de respaldar a una figura con un historial tan cuestionado? Estas preguntas permanecen sin respuesta, generando una atmósfera de incertidumbre y expectativa en el camino hacia las elecciones.
