Ciudad de México, 6 de diciembre de 2023 – En un vuelco significativo para la justicia chilena, el exmilitar chileno Pedro Pablo Barrientos, condenado por el asesinato y tortura del cantautor Víctor Jara, ha sido finalmente detenido y deportado a Chile desde Estados Unidos. Barrientos, quien estuvo prófugo en Estados Unidos durante décadas, fue arrestado en Florida y enfrentó un juicio por proporcionar información falsa durante su proceso de nacionalización, lo que culminó en la cancelación de su ciudadanía estadounidense y abrió la puerta a su deportación.
Barrientos llegó a Santiago de Chile bajo custodia de agentes de la Policía de Investigaciones (PDI), tras ser escoltado por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) estadounidense. A su llegada, fue trasladado en helicóptero al Batallón de Policía Militar de Peñalolén, donde quedó detenido y procesado.
El asesinato de Víctor Jara, ocurrido durante la dictadura de Augusto Pinochet, es considerado uno de los crímenes de lesa humanidad más atroces de la historia reciente de Chile. Jara fue brutalmente torturado durante cuatro días y su cuerpo fue hallado con 44 impactos de bala y 55 fracturas. Hasta la fecha de su detención, todos los implicados en su muerte estaban ya detenidos, excepto Barrientos, quien se refugiaba en Estados Unidos.
La detención de Barrientos se produce tras la condena de siete militares retirados por la Corte Suprema de Chile, quienes recibieron penas de hasta 25 años de prisión por el secuestro y asesinato de Jara. Ahora, Barrientos deberá enfrentar en Chile los cargos por su participación en las torturas y ejecuciones extrajudiciales de ciudadanos chilenos, cerrando un capítulo largo y doloroso en la búsqueda de justicia para las víctimas de la dictadura.
Este hecho marca un momento crucial en la historia de Chile, subrayando la persistencia y la importancia de la justicia, incluso décadas después de los crímenes cometidos. La deportación de Barrientos no solo representa un paso adelante en la lucha contra la impunidad, sino también es un recordatorio de la necesidad de rendir cuentas por los actos cometidos durante regímenes autoritarios.
